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Feedback negativo

1/29/2020, 12:00:00 AM

Debatiendo con mi hermana sobre el Efecto Pigmaleón, me hizo una pregunta interesante sobre el proceso de feedback, y es la siguiente: “¿se pueden dar feedbacks negativos?”. Esto me hizo pensar sobre la naturaleza de ello, dando lugar a una pregunta que considero más interesante: “¿puede un feedback ser negativo?”.

Para dar un poco de contexto, feedback es, de forma simple, el que otra persona te diga las acciones que haces bien y las acciones que has hecho mal, desde su perspectiva. Aunque normalmente y de forma errónea se hace con más frecuencia sobre las cosas que haces mal. Todo esto con el objetivo final de que sigas haciendo las cosas que haces bien y dejes de hacer las cosas que no haces tan bien. Mis amigos y yo lo hemos implementado de forma sistemática y organizada, con días específicos del mes donde damos feedback mutuamente.

Por tanto, respondiendo a la pregunta de Maha, ¿se podrían dar feedback negativos? Mi respuesta corta es: no existen feedbacks negativos.

La traducción literal de feedback al español es “retroalimentación”. Y en esta traducción se puede ver lo que realmente es: yo hago un acto (trabajo, conversación, etc.), y tengo una retroalimentación o feedback de ese acto. Por lo tanto, independientemente de si lo que hacemos es positivo o negativo, debería darse feedback y con un poco de crítica racional, veríamos que feedback “negativo” o “positivo” no existiría (o debería existir), sino que feedback es simplemente un proceso por el que aprendes, desde otra perspectiva, cómo se han hecho las cosas.

Ahora bien, si estuviéramos en un mundo perfecto y racional, esto que he dicho tendría sentido y efecto inmediato y positivo en el mundo. Pero el problema es que las personas tenemos ego, tenemos sentimientos y algunos somos más sensibles que otros a que nos saquen “fallos” de nosotros. Y pongo fallos entre comillas porque ponerse en la mentalidad de que nos están sacando fallos no es lo mismo que pensar que nos están ayudando a crecer. Esto que acabo de decir da pie a un punto importante de los feedbacks: no sólo hay que saber dar feedback, con tacto, delicadeza y empatizando con la persona a la que le damos feedback, sino que también hay que saber recibir feedback, y hay que dejar atrás la mentalidad de que alguien nos está diciendo algo negativo sobre nosotros, sacándonos “fallos”, sino que verlo como una oportunidad de crecimiento que nos están ofreciendo.

Y, con esto, vuelvo a mi punto inicial: cuando una persona sabe dar feedback y la otra sabe recibir el feedback, no existiría una distinción de feedback “positivo” o “negativo”.

Algunas anotaciones sobre el proceso de feedback:

Teniendo en cuenta que hay que saber dar y recibir feedback, aunque creo que lo segundo es más importante que lo primero, simplemente porque se sepa dar feedback no significa que la gente que nos rodea sabe recibir feedback. Y al intentar dar el feedback puede salir el tiro por la culata porque la otra persona puede no estar lista para recibir el feedback.

Como corolario a esto último: para hacer que la gente que nos rodea se adapte paulatinamente al proceso de feedback, especialmente nuestros amigos y familiares que no saben recibir feedback, tenemos que hacer un esfuerzo inicial por darles feedback “bueno” por las cosas que hacen bien, continuamente y poco a poco sacar a relucir lo que más nos gusta de ellos, y ellos poco a poco se empezarán a sentir apreciados y entendidos. Una vez tienen ese lazo de confianza, son mucho más susceptibles a recibir un feedback “menos bueno” en el futuro.

Bonus: lo mejor que hacer cuando alguien da feedback es... ¡callarse!

¿Por qué? Si tenemos razón nosotros y el feedback que nos dan es incorrecto o mal fundamentado, vamos a proteger nuestro punto vehementemente y sin poder aceptar el feedback que nos están dando porque nosotros tenemos razón y el feedback está mal. Pero habría que sopesar la siguiente situación: ¿y si el feedback que nos están dando es bueno y nosotros estamos defendiendo lo contrario? Nuestra vehemencia se mantendría, aunque estamos defendiendo algo incorrecto. Y al defender que el feedback no es correcto desincentivamos a la contraparte a que nos de más feedback en el futuro y caemos en un círculo vicioso parecido al del Efecto Pigmaleón.

Siempre he dicho que al responder a un feedback nuestra mente olvida ese feedback. Y para curarse en salud, yo opto por callarme, aunque sepa que tenga razón (o no), y en lugar de pensar que se equivoca la persona que me da el feedback pienso y rumio lo que acabo de recibir durante días, cuán un monje recibiendo su Koan, donde normalmente se dice que si tienes respuesta al koan es que estás en lo incorrecto.

Hablando se entiende la gente